El error más común que solemos hacer es ventilar cuando comienza a oler. ¡MEEEEC!
Ventila bien la habitación antes y durante la comida dejando un poco abierta alguna ventana o con la campana extractora encendida. De esta manera los malos olores desaparecerán y el aire se limpiará.

Intenta mantener la puerta del comedor (o de la cocina) cerrada mientras estéis preparando la comida. Así conseguirás que el olor no se expanda por toda la casa.

Dejar los platos sucios para el próximo día suena muy tentador, ¿verdad? ¡No lo hagas! Tampoco es necesario que limpies la cocina a fondo, pero debes tener en cuenta un par de cosas:

• no dejes el aceite dentro de la fondue: deja que se enfríe y viértelo en una botella para tirar a la basura. También puedes filtrarlo y reutilizarlo para cocinar otro día;
• limpia los restos de comida de las bandejitas de la raclette y enjuágalas. Haz lo mismo con la plancha. Así eliminarás la grasa y la suciedad más grande de manera que cuando te pongas con la limpieza total, ¡será súper fácil!;
• enjuaga los platos;
• coloca los cubiertos y los vasos dentro del lavavajillas o en el fregadero en remojo.

Así no solamente desaparecen los olores, la mesa del comedor y la cocina se verán medianamente limpios.

Pon un poco de vinagre al fuego y viértelo en un bol para colocarlo en el comedor. Déjalo ahí durante un rato.
Si no quieres calentar el vinagre, otra opción es dejar el bol durante toda la noche en la habitación. A la mañana siguiente puedes ventilar otra vez. ¡Así los olores desaparecerán por completo!

El café es un gran neutralizador de olores. Pon a tostar un par de granos de café y conseguirás que tu casa huela como una auténtica cafetería.
Además, también puedes colocar un poco café en un bol y dejarlo en la habitación. ¡Disfruta de su aroma!