Coco, ¡puramente exótico!
En los climas tropicales, los cocoteros se elevan hasta 25 metros de altura (Cocos nucifera L) y sus frutos pueden llegar a pesar hasta 1 kg. Desde la polinización de la flor hasta la fruta madura, pasa todo un año. Tras solo siete meses, el coco ha crecido pero aún no ha madurado. En esta etapa inmadura, su cáscara encierra un agua agridulce, el agua de coco. Cuando se deja madurar el coco en la palmera, desarrolla una pulpa aceitosa y cremosa en el interior, una materia prima para una gran variedad de productos de coco.
Si se extrae la pulpa, el resultado es aceite de coco, dependiendo de la temperatura ambiente, una grasa líquida o sólida, que es adecuada para hornear, cocinar y freír. Por otro lado, si la pulpa fresca está finamente molida, se obtiene crema coco. La crema de coco seca, a su vez, puede convertirse en chips o coco rallado: ideal como aperitivo, un ingrediente para galletas, barritas, untables, etc. ¿Y qué es la leche de coco? El ingrediente más destacado en platos y cócteles asiáticos o caribeños. Es muy fácil: la pulpa de coco se mezcla con agua caliente y luego se muele finamente. El resultado: una leche cremosa, que también se adapta perfectamente a la cocina vegana.